segunda-feira, 3 de dezembro de 2012

NA ROTA DO TURISMO: ILHA DE MOSQUEIRO, EL PARAÍSO AMAZÓNICO

 

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Playa del Chapéu Virado

Mosqueiro es una isla fluvial localizada en la costa oriental del rio Pará, en el brazo sur del río Amazonas, delante a la bahía de Guajará. Posee un área de 212 km², con 17 km de hermosas playas de agua dulce con movimiento de marea. Distante 70 km de la ciudad de Belém, la isla fluvial de Mosqueiro  tiene su historia ligada al ciclo del caucho.

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Las elegantes casonas

 

A finales del siglo XIX los extranjeros, atraídos por la bonanza económica, fueron los primeros en valorar la isla como lugar para el veraneo. Así llegaron los ingleses de la "Pará Electric Railways Company", alemanes, franceses y americanos funcionarios de compañías como la "Port of Pará" e la "Amazon River, por ejemplo.

Fueron ellos los constructores de hermosas mansiones modernistas que hasta hoy pueden ser vistas en las playas del Farol, Chapéu Virado, Porto Arthur y Murubira.

Los barones del caucho beleneses también fueron atraídos por las bellezas de la isla y, así, empezó un proceso de urbanización que se ha ido intensificando en las últimas décadas hasta convertir a la Isla de Mosqueiro en el balneario del área metropolitana de Belén por excelencia. La población residente es de 25.000 habitantes, pero en la época estival llega hasta las 400.000 personas.

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Playas desiertas fuera de la temperada estival


Mosqueiro todavía conserva una naturaleza exuberante y una urbanización rural. Por las carreteras e igarapés que cortan la isla es posible observar la Floresta Amazónica con sus árboles gigantes, abrazando un cielo de azul profundo.

La tranquilidad de la isla en esa época del año, con las playas prácticamente solo para nosotros fue toda una experiencia. El tráfico de vehículos es poco intenso, lo que unido a hecho de que la isla es llana, hace que la mayoría de la población utilice las bicicletas.

Nosotros nos animamos y dimos unos paseos al atardecer que nos permitió recorrer con calma los rincones de Mosqueiro. Además de la belleza del paisaje,   la cantidad de agua y las olas nos hizo sentir que estábamos en el mar, no en río. En realidad es un mar de agua dulce, hasta el punto que algunas playas las olas son tan altas que se puede hasta surfear. 

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Chiringuitos, cerveza garantizada

Es posible pasear con tranquilidad por las calles disfrutando de las bellezas locales y de los chiringuitos al borde de las playas. Precios de temporada alta, hay que decírselo. 

A los sábados y domingos por la noche la plaza de la villa se llena de gente. Decenas de puestos de venta de comidas típicas, dulces y mucha música alegran las noches de la población.

Una curiosidad: la gente literalmente “toma la plaza”, bajando con sus sillas y ocupando los extensos céspedes.  ¡Una delicia!

Mosqueiro nos dejó enamorados con sus arenas blancas, el ritmo calmo del día a día, la variedad de peces y frutas, pero en especial por la hospitalidad y la gentiliza de sus habitantes. 

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El encantador Mercado

Ya hemos planteado: Cuando nos jubilemos cogeremos nuestras mochilas y vamos vivir allí, por lo menos por una gran parte del año.  Afinal, Mosqueiro también es conocida como la isla del amor. Que así sea.

FONTE:

http://obrasilpordentro.blogspot.com.br/2011/10/ilha-de-mosqueiro-el-paraiso-amazonico.html

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